martes, 22 de julio de 2014

Amor por mi equipo

Un minicuento dedicado al sobrino:

Soy fanático, sin confundir pasión con el fanatismo;lo que implica el no racionalizar de un juego donde se gana y se pierde, que en todo caso en mi vida es mas factible que perdamos a que ganemos, a todo el fanatismo por mi equipo que es único.

Un equipo que solo sabe correr, para todos lados pero corre. Un portero que a pesar de que se intenta quitar y gracias a su tan esbelta figurita tiene facilidad de que los tiros del contrario le lleguen a su cuerpo.Un equipo que es equipo en toda extensión de la palabra: si el objeto deseado (la pelota) va a la izquierda, todos van a la izquierda, si va a la derecha todos van a la derecha, arriba y abajo ellos la siguen como equipo. Son temerarios no tienen miedo de meter la mano para evitar gol, al final el de la portería eso hace. No se caen por las patadas no intencionales, solo lloran.

Y la cancha es democrático, algo machista pero democrático, no importa si es rico si puede comer 3 veces al día, si es mujer que las hay en una medida muy baja. Que si es tan zurdo que parece Stalin (chiste de elevada capacidad intelectual) o tan derecho que es del Yunque (otro chiste de igual calidad intelectual).

Mi equipo sonríe cuando le meten gol y goza cuando logra marcar; no viven con ese estress que la porra, sin saber del deporte, vive cada partido. Esa porra que los trata como jugadores de una liga europea a pesar que más de uno no regresará el próximo partido y pocos intentaran ser deportistas. Y bueno hay que entender que es el único momento de convivencia.

Este equipo no tiene un promedio de edad mayor de 8 años, la canchas no tienen gradas y las porras no son bravas solo pelean por la sombra, mi equipo es categoría infantil y solo hay que sonreir.

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